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Perdon..
De acuerdo con la Real
Academia Española, las palabras perdón y perdonar provienen del prefijo latino per y del verbo latino donāre, que significan, respectivamente, "pasar, cruzar,
adelante, pasar por encima de" y "donar, donación, regalo, obsequio,
dar.
Elementos del
perdón
La acción de
perdonar conlleva la existencia de las siguientes situaciones o hechos:
Existencia de una
ofensa de cualquier tipo;
1. Conocimiento de la ofensa por el ofendido,
por la "confesión" del propio ofensor o por otros medios;
2. .El perjudicado por la ofensa se siente
ofendido;
5.(eventualmente)
conocimiento por el ofensor de la afectación de las relaciones entre ofensor y
ofendido;
6.(eventualmente)
el ofensor siente y/o manifiesta su vergüenza y/o arrepentimiento;
7.(eventualmente)
el ofensor reconoce su error y culpa y/o solicita el perdón y/o da una
satisfacción al ofendido para hacerse merecedor del perdón
8. El ofendido
concede el perdón, pleno o parcial, condicional o no;
9. Recomposición
más o menos completa o parcial de las relaciones entre ofendido y ofensor.
La Solidaridad
La solidaridad es una de los valores humanos por excelencia, del que se
espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos
para salir adelante. En estos términos, la solidaridad se define como la
colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las
personas unidas en todo momento, sobretodo cuando se vivencian experiencias
difíciles de las que no resulta fácil salir.
Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de
extrañarse que escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos
encontramos en épocas de guerra o de grandes de sastres naturales. De este
modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que
resultan menos favorecidos con este tipo de situaciones.
Como vemos, la solidaridad es más que nada un acto social,
una acción que le permite al ser humano mantener y mantenerse en su naturaleza
de ser social. Debido a lo anterior es que resulta fundamental fomentar y
desarrollar la solidaridad en todas sus aristas, ya que no sólo será necesario
llevar a cabo las acciones de las que se requerirá en momentos de guerra o
desastres naturales, sino que será fundamental de aplicar cuando alguno de
nuestros seres queridos, ya sean amigos o familiares, tengan algún problema en
el que nuestra ayuda o compañía sean un aporte para mejorar en cierto modo la
situación.
Amar a Dios sobre todas las cosas
El amor a Dios, se realiza
cuando aceptamos y adoramos su presencia en nuestras vidas, en nuestro ser y
hacer, cuando está presente en todas nuestras actividades y en su nombre las
realizamos.
Lo amamos cuando lo reconocemos en la naturaleza, en el amanecer o atardecer, que día con día el mismo nos permite ver, así también cuando lo aceptamos como nuestro creador, nuestro único y sumo bien, donde vivimos, existimos y morimos, con la esperanza de la resurrección.
En cada uno de estos reconocimientos, es cuando podemos preguntarnos si en realidad amo a Dios sobre todas las cosas, o solo lo amo cuando me siento bien y todo me sale de maravilla.
Por ello cuando decimos amar a Dios, es abrirnos por completo a su acción salvadora y a su gran misericordia, reconociéndolo en cada uno de los acontecimientos, sean bueno o no tan bueno, como así también el amarlo implica más que un simple decir o un aprendernos este mandamiento, sino que para completarlo implica: “Amar al Prójimo como a uno mismo”
Jesús completa esta revelación de Dios al decir que Él es nuestro Padre y nos enseña que de nuestro amor a Él a de nacer el amor a nuestros semejantes.
Lo dice, cuando le preguntan que cual es el más grande mandamiento, a lo que Él contesta: Amaras a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
Lo amamos cuando lo reconocemos en la naturaleza, en el amanecer o atardecer, que día con día el mismo nos permite ver, así también cuando lo aceptamos como nuestro creador, nuestro único y sumo bien, donde vivimos, existimos y morimos, con la esperanza de la resurrección.
En cada uno de estos reconocimientos, es cuando podemos preguntarnos si en realidad amo a Dios sobre todas las cosas, o solo lo amo cuando me siento bien y todo me sale de maravilla.
Por ello cuando decimos amar a Dios, es abrirnos por completo a su acción salvadora y a su gran misericordia, reconociéndolo en cada uno de los acontecimientos, sean bueno o no tan bueno, como así también el amarlo implica más que un simple decir o un aprendernos este mandamiento, sino que para completarlo implica: “Amar al Prójimo como a uno mismo”
Jesús completa esta revelación de Dios al decir que Él es nuestro Padre y nos enseña que de nuestro amor a Él a de nacer el amor a nuestros semejantes.
Lo dice, cuando le preguntan que cual es el más grande mandamiento, a lo que Él contesta: Amaras a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.